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Planes (o planazos) neoyorkinos en Madrid: una cita con Georgia O’Keefe en el Museo Thyssen

¿Te apetece que empiece a compartir contigo cositas trendy? Pues tengo la primera. Te cuento: esta semana estaba dando vueltas por las redes buscando planes y me encontré esta joya de exposición: Georgia O’Keefe, estreno el 20 de abril en el Museo Thyssen-Bornemisza. 

Es una expo que me apetece mucho y me pareció que tenía que compartir con vosotras el planazo neoyorkino que voy a organizarme para ese día sin salir de Madrid. Además, este día neoyorkino completo que nos vamos a marcar, es perfecto con cualquier compañía, tanto para recorrerlo a solas, como acompañada de amigos o pareja.

Lo principal, claro, será ver de cerca la obra de O’Keefe, conectar con su visión de Nueva York (una ciudad a la que le he declarado mi amor eterno) y admirar de cerca sus famosas flores.

¿Que te pillo un poco de sorpresa y no sabes muy bien de qué te hablo? 
Dame un momento y te pongo al día en tres, dos…

 

Georgia O’Keefe, modernidad y provocación 

Si lees lo que avanza la página del Museo Thyssen-Bornemisza, la verdad es que te sabe a poco. Te cuenta que veremos unas 80 obras seleccionadas para hacer un recorrido completo por la trayectoria artística de O’Keefe.

Eso es un puntazo a favor, porque incluirá todas las etapas. Así que no nos perderemos los inicios  en la abstracción, los paisajes urbanos de Nueva York, las famosas flores o las pinturas de Nuevo México. La exposición promete un viaje completo.

Pero sobre Georgia O’Keefe hay algunas cosillas más que es interesante saber y que te voy a contar.

Primer dato: Georgia O’Keefe nació en un entorno a años luz del ruido de la metrópoli que luego pintaría, en el Wisconsin rural de 1887. 

 

Viaje al corazón del modernismo y el Art Decó

¿Cómo se llega desde una granja, en un lugar llamado Sun Prairie, a ser la “madre del modernismo americano”?

Quizá porque a los 10 años ya sabía que iba a dedicarse a la pintura. Y luego, con una sólida formación artística, que empezó en el Instituto de Arte de Chicago y no terminó nunca. Se casó con el fotógrafo Alfred Stieglitz, que la apoyó al principio de su carrera y con el que tuvo una relación algo turbulenta.
De todas sus etapas, son muy conocidas sus famosas flores. Enormes lienzos de trazos curvos, colores sólidos y brillantes, y una de las grandes contribuciones al arte del siglo XX.

¿Qué tienen de especial? Entre otras cosas, la (muy debatida) connotación sexual de estos lienzos. Muchos interpretan que las formas sinuosas de los pétalos son una clara representación de los órganos sexuales femeninos. 
Parece que ella nunca lo admitió, siempre dijo que quería pintar flores grandes simplemente porque eran tan pequeñas que su belleza no se apreciaba.
Si es una cosa o la otra, es algo que puedes intentar averiguar en tu visita a la exposición.

Y si adoras Nueva York, disfrutarás de sus fabulosos rascacielos iluminados, contrastando con el cielo nocturno de la ciudad. Date cuenta de esto: son los felices años 20, previos al gran crack, y O’Keefe está ahí para pintar la modernidad de esa gran urbe.
De lo que no hay duda es que su pintura revolucionó el arte del siglo XX y por eso hoy queremos ver sus obras y saber más sobre ella.

 

¿Reponemos fuerzas? Creo que el día merece una buena comida neoyorkina

Después de una mañana en el museo, creo que va a ser necesario comer algo, y después de ver los rascacielos de NY (no sé a ti) a mi lo que me pide el cuerpo es un plato de los que se salen de la foto.

Así que me pondré en marcha en dirección a Taxi a Manhattan, que además de buenas hamburguesas, promete sabores “de barrio”. Hablamos de Brooklyn, Soho, Nolita, China Town y Little Italy. Merece la pena probarlo.

 

Si desde el museo te acercas caminando a Sol, puedes tomar el metro hasta Nuevos Ministerios. Te están esperando con hamburguesas preparadas con carne de calidad y pan artesano (además de muchos extras y una buena dosis de cariño en la preparación).

Mientras esperas, yo no me perdería los Chupachups de queso de cabra. Con guayaba, rebozado de cereales crujientes y mermelada de tomate. ¿Te parece tentador? Pues ahí lo dejo.

Nuestro Central Park en Madrid

Central Park está un poco lejos para pensar en estirar un poco las piernas después de comer, pero en Madrid no nos quejamos: siempre tendremos El Retiro. 

El mejor plan después de comer es hacerse con un buen vaso de café para llevar y tomarlo tranquilamente dando un buen paseo. El parque tiene muchos rincones interesantes, pero te cuento mi favorito: acercarme a ver el estanque es algo que siempre me deja nueva.

 

Compras en el mercado de segunda mano

Para rematar nuestra jornada neoyorkina, ¿se te ocurre mejor manera que irnos de compras? 

Tengo pendiente visitar en Malasaña (mi Chelsea Market personal) un sitio donde puedes encontrar prendas únicas. 

Se trata de La Industria, y si tenemos suerte, nos iremos a casa con alguna pieza de culto vintage. ¿Aún estará esta gabardina de Yves Saint Laurent?

 

 

La estoy viendo ya con mis Iris Mystic y mi Aries necklace.

Ya preveo que va a ser una jornada intensa, como siempre que me dejo absorber por otros universos creativos, así que quiero sentirme cómoda llevando algo casual con un toque de color. Como la previsión del tiempo para el día 20 es regu, ¿qué os parece este outfit con boina roja? El contraste de colores me encanta.

También te diré que el orden de los factores no altera el producto. En vez de comenzar tu día por el museo, puedes comenzarlo desayunando en El Retiro, reponiendo armario en La industria y dejar para la tarde tu visita a la exposición de O'Keefe con cena neoyorkina incluida.

Cuéntame qué te parece mi plan neoyorkino en Madrid. ¿Te apuntas?

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