Este sitio web tiene ciertas restriucciones de navegación. Le recomendamos utilizar buscadores como: Edge, Chrome, Safari o Firefox.

💫 HASTA -25% SELECCIÓN💫 -10% extra pedidos +80€

Carrito de compras 0

-5% extra pedidos +80€

No hay más productos disponibles para comprar

Productos
Agregar comentarios a su pedido
¿Es esto un regalo?
Fecha de entrega estimada
Subtotal Gratis
Envío y los códigos de descuento se calculan al finalizar.

Su carrito está vacio.

Los collares más cool de la historia del cine

Los collares más cool de la historia del cine

Hoy te quiero hablar de cine y joyas. De collares, en concreto. Piezas míticas que aparecen en películas famosas y que son mucho más que atrezzo: forman parte de la historia y ayudan a contarla. 

De alguna forma, esos collares o gargantillas son también protagonistas y no podemos rememorar la película sin ellos.

¿Te imaginas a Audrey Hepburn desayunando su café y su croissant frente al escaparate de Tiffany… sin llevar ese fabuloso collar de perlas? 

Es tan reconocible que forma parte de la escena. Un icono. Un fotograma para la historia. 

Hoy voy a hablarte de ese y otros collares emblemáticos y verás cómo las joyas, bien elegidas, dejan de ser un complemento y pasan a formar parte del propio relato.

¿Te suenan? Estos 5 collares ya son iconos del cine

La elección de una joya para una película puede ser fundamental. Y Hollywood lo sabe. Las piezas elegidas para una actriz y una escena deben ser reflejo de la identidad del personaje, su actitud ante la vida, su estado de ánimo, su carácter… 

Las joyas siempre acompañan, complementan y establecen un diálogo con quien las lleva.

Y si hablamos de cine, también envían un mensaje al espectador.

Y por eso, cuando la elección es especialmente acertada, hay piezas que pasan a la historia. Hoy te voy a decir cuáles son para mí los collares más emblemáticos. Estoy segura de que los recordarás todos...

 

1. Audrey Hepburn y el Tiffany Diamond (Desayuno con diamantes, 1961)

Ya te he recordado la escena más famosa de toda la película, en la que la actriz desayuna frente al escaparate de Tiffany, en la Quinta Avenida de NY.

Llevaba un vestido negro de Givenchy que era (es) un auténtico sueño y un collar de cuatro vueltas de perlas (diseño de Tiffany & Co) con un fabuloso broche central de diamantes.

 

Pero es que, además, Audrey Hepburn visita ese escaparate para contemplar sin prisa un collar: el Ribbon Rosette. Una gargantilla valorada en más de 200 millones de euros en cuyo centro lleva el Tiffany Diamond, el diamante amarillo de mayor tamaño hallado nunca. 

El Ribbon Rosette es un diseño de Jean Schlumberger, uno de los creadores de cabecera de Tiffany & Co, y padre de algunas de las piezas más espectaculares de esa casa.

Como curiosidad, más recientemente, el Tiffany Diamond fue lucido por Lady Gaga en la 91 edición de la gala de los Oscar, donde se llevó el premio a la mejor canción original por Swallow, en “Ha nacido una estrella” (2018).

El Tiffany Diamond ha sido expuesto por todo el mundo, pero siempre regresa a su “casa” en la Quinta Avenida, donde está expuesto al público.

 

2. Los 1308 diamantes del collar Nicole Kdiman (Moulin Rouge, 2001)

Se trata de uno de los collares más espectaculares de toda la historia del cine, con sus 1308 diamantes montados sobre una base de oro blanco. La suma llega hasta los 134 kilates y figura en el Libro Guinness de los Records como el collar más caro creado para una película.

Se llama Satine, igual que el personaje que encarna Nicole Kidman en la película, y pesa cerca de 500 gramos.

Su creador fue Stefano Caturi, quien se inspiró en la opulencia y la extravagancia del estilo Luis XVI para su creación.

 

3. Natalie Portman y la B del poder en su collar (Las hermanas Bolena, 2008)

Si piensas que lo de utilizar las iniciales como marca es algo relativamente nuevo, tengo que decirte que no. Y te cuento la historia de la famosa B en el collar de Ana Bolena, que llevó Natalie Portman en la película que narra la historia de las dos hermanas, Ana y María.

Existen pocos retratos de Ana Bolena, porque Enrique VIII los hizo quemar todos para deshacerse de sus imagen tras la famosa decapitación.

Se conserva sin embargo un cuadro en la National Gallery, en Londres, en el que destaca una joya excepcional: un collar de perlas con una gran B mayúscula, marca de la casa Bolena.

Ese collar, en paradero desconocido, fue recreado para la película ”Las hermanas Bolena”, y ya forma parte, también, de la historia del cine. 

 

4. Los rubíes del collar de Julia Roberts (Pretty woman, 1990)

La encantadora historia que nos cuentan Julia Roberts y Richard Gere y que no podemos dejar de ver por muchos años que pasen, tiene un tercer protagonista: la gargantilla de 23 rubíes rodeados de diamantes.

Fue diseñado por Fred Joailler, que hoy en día tiene una colección llamada precisamente Pretty Woman (no faltan los famosos rubíes rojos). 

 

Recuerda que en su tienda de Rodeo Drive, en Beverly Hills, recibieron ese curioso encargo del equipo de producción de Pretty woman, que estaba buscando un collar para la actriz principal.

Con el collar, siempre recuerdo la carcajada natural (no estaba en el guion) de Julia Roberts cuando Gere bromea con ella al mostrarle la joya que va a llevar.

 

 

5. Marilyn Monroe y sus best friends (Los caballeros las prefieren rubias, 1953)

Otra escena para la historia, en la que un collar es protagonista (sin ánimo de robarle el plano a la grandísima Marilyn, porque es imposible). 

Ese vestido rosa fucsia, con los guantes interminables y el collar, mientras interpreta “Diamonds are a girl’s best fiends”… una maravilla, se mire por donde se mire. Inimaginable de otra manera. 

 

¿Y tú, tienes algún collar preferido de la historia del cine?

Las joyas siempre acompañan, complementan y establecen un diálogo con quien las lleva.

Si hablamos de cine, también envían un mensaje al espectador. Y, si hablamos de la vida diaria, son una declaración de intenciones: siempre tienen una historia que contar. 

Cuéntame en cuál te has fijado tú y por qué, y así conocemos otros collares míticos. ¿Te animas?