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Cómo cuidar tus piercings: consejos para que estén siempre sanos

Cómo cuidar tus piercings: consejos para que estén siempre sanos

¿Eres tan fan de los piercings como yo? Pues entonces seguro que ya sabes que para lucir unas perforaciones bonitas, lo más importante es que hayan cicatrizado bien y la piel esté sana.

Hoy quiero recordar contigo unos cuantos consejos a tener en cuenta para cuidar tus piercings y no tener complicaciones. 

¿Quieres estar espléndida luciendo todos tus piercings? Pues sigue leyendo, verás qué fácil es cuidarse. 

 

¿Acabas de hacerte un piercing? Cuidados básicos

Te encantan las perforaciones, lo sé. ¿Dónde te has hecho el último piercing? Los piercings faciales son los más comunes, aunque hay muchos más. 

En cualquier caso, si acabas de hacerlo y tienes la herida fresca, entonces es muy importante extremar cuidados para evitar que se infecte.

Imagino que has acudido a un profesional y que ya te ha dado los consejos básicos, pero por si acaso te los voy a recordar aquí.

Si los sigues, seguro que tendrás una perforación preciosa y sana para lucirla durante mucho tiempo. 

 

Pero si descuidas tu piercing en estos primeros días, es posible que se te forme una fea herida que puede acabar en cicatriz. Evítalo con estos cuidados:

  1. Con las manos limpias (¡esto siempre que toques cualquier herida!) empieza por humedecer una gasa estéril y pasarla por los bordes de la perforación. De ese modo, se irá ablandando. Así, con la gasa podrás retirar las costras que ya estén secas. Es importante que no las fuerces. Si no salen “casi” solas, déjalas estar hasta el día siguiente. Ya se caerán.
  2. Desinfecta con agua y jabón neutro. Es lo mejor que hay. Remata con un chorro de suero fisiológico. Gira el pendiente para que el suero penetre en el orificio y lo limpie bien.
  3. Al terminar, seca la piel con otra gasa. No es recomendable usar algodón en las heridas para que no se peguen las hebras. 
  4. Es recomendable aplicar algún desinfectante. Hay de muchas marcas. Pregunta en la farmacia por alguno que, además, acelere la cicatrización. 

Si ya te has hecho algún tatuaje a lo mejor hasta lo tienes en casa, porque se usa el mismo tipo de producto. Simplemente acuérdate de revisar la fecha de caducidad.

No tengas prisa por sustituir el pendiente que te han puesto hasta que cure la herida. Déjalo hasta tener la seguridad de que está totalmente cicatrizado. Entonces, ya puedes lucir la joya que más te guste. 

Siguiendo esta sencilla rutina es muy improbable que tu nuevo piercing dé problemas.

¿Has visto los distintos tipos de piercing para orejas? Hay muchos para elegir. Seguro que ya estás pensando en cuál va a ser el siguiente…

 

Los piercings más delicado y sensibles

¿Te gustan los piercing en la lengua, el labio o sobre los dientes? Se puede perforar ahí, aunque es una zona más delicada y tienes que tener cuidado si no quieres que afecte a la salud de tus dientes. 

La perforación en la boca puede ser dolorosa y sangrar bastante. Más allá de eso, tienes que mantener una higiene bucal extrema. Ten en cuenta que en hay muchísimas bacterias, con lo cual las posibilidades de que la herida se infecte son mayores. 

Un colutorio apropiado (podría ser clorhexidina, pero lo mejor es que hables con tu dentista) te ayudará en esa fase. 

Una vez que el piercing está curado, trata de no coger la costumbre de rozar el pendiente contra los dientes. Puedes causar pequeñas lesiones en el esmalte que, con el tiempo, podrían complicarse.

¿Y cómo cuidar las perforaciones en las zonas genitales?

Higiene, higiene y más higiene. Por motivos obvios, la limpieza y la desinfección es imprescindible.

El periodo de cicatrización es más largo que en otras áreas, así que ármate de paciencia y olvídate de productos como cremas depilatorias o similares.

Cuando ya haya cicatrizado, requiere un extra de atención. Ten cuidado para no enganchar el pendiente al ponerte o sacarte la ropa, o podría producirse un desgarro.

Consejos extra para cuidar tus piercings

Alguno es de sentido común, como por ejemplo:

  • Evita los roces mientras dure el proceso de cicatrización. Por ejemplo, si te has puesto un piercing en el ombligo, trata de llevar ropa que no te moleste en la herida.
  • Tampoco vayas a la piscina y, si vas a la playa, evita el sol los primeros días. Si alguna vez te han operado, verás que son consejos similares a los que te dio tu médico en su día para proteger los puntos. 
  • No compartas toallas ni útiles de aseo que vayan a estar en contacto con esa zona. 
  • Olvídate de perfumes y cremas por un tiempo, o cualquier sustancia que pueda interferir la cicatrización (o, directamente, molestarte).

La mayoría de los piercings, una vez han cicatrizado totalmente, no requieren cuidados especiales, así que cuando el tuyo esté sano ¡adelante! Ya puedes lucirlo a tus anchas, cambiar de joya cada vez que te lo pida el cuerpo y probar combinaciones (si tienes más de una perforación).

¿Algún otro consejo que nos quieras contar para mantener tus piercings sanos? Dime cómo lo hiciste tú, que seguro que aprendemos algún truquillo nuevo.